Comencé mi camino en el yoga a los 18 años,

luego de saber, gracias a una neuropatía, que era muy importante que hiciera ejercicio corporal. Recuerdo muy vívidamente aquel día en el que me encontré conmigo misma, sin saber que me estaba buscando.

Era una mañana de Otoño y fue justo en la relajación que estalló una lluvia torrencial que caía en un techo de chapa, sonido que me hizo viajar muy profundo, allí donde no hay palabras. Ese día descubrí la Magia.

El tiempo transcurrió cursé otros estudios y la vida se fue sucediendo, hasta que en medio de una crisis me dí cuenta de que lo que me gustaba y hacía bien era el Yoga, y fue entonces cuando me animé a patear el tablero, para ir por donde me llevaba mi corazón. Así que sin saber bien a dónde iba, en 2004 comencé este camino entre formaciones y prácticas personales, retiros y diversas experiencias de todo tipo. Tiempo después nuevamente el sonido me llevó a aquél lugar maravilloso de la mano de Albert Rabenstein con quien inicié otro viaje de ida, porque lo que sucede con los cuencos tibetanos me maravilla cada vez.

cuenco tibetano

Los años fueron sucediendo trayendo sus aprendizajes, entre prácticas, experiencias, masajes sonoros y una actividad comercial gastronómica, hasta que otra crisis emergió. Otra vez la pasé muy mal.

Gracias a Dios, además del sostén familiar y de mis amigas, contaba con mis fortalezas personales y mi capacidad de sumergirme en mi proceso a fondo, a través de la vivencia de diversas experiencias de todo tipo.

Fueron años de búsqueda de mi maternidad, quienes pasamos por eso sabemos de lo que estamos hablando.

Pero un día, me dí cuenta de que estaba llena de Amor adentro, amor de mis seres queridos, totalmente rodeada de amor; y fue en ese momento que pude sentir que todo ese Amor me daría la fuerza para vivir lo que,paradójicamente, más miedo me daba en la vida.
yoga

Así que en una mano tenía todo el Amor y en la otra todo el miedo, y decidí que como fuera, emprenderíamos el viaje.

Y fue otro Otoño que me ví nacer, nos ví nacer juntos, con Camilo. Y otra vez no existen las palabras. Inconmensurable Amor. Eterna gratitud con Camilo, con su Padre, y de nuevo, con la Vida, porque la vida es dura a veces, pero también es Mágica.

Luego de un tiempo retomé nuevos estudios en el Yoga, amplié mis conocimientos en el ámbito de la pedagogía, realicé mi formación como Doula Acuática entre otras experiencias vivenciales, de medicina ancestral, astrología, procesos de profunda transformación en
consciencia.

Hoy acompañar a mujeres en sus caminos es una de mis prioridades, porque creo en la fuerza transformadora y multiplicadora del Amor al compartir procesos. Los encuentros nos reflejan, nos nutren, y nos enriquecen, nos sacamos de nuestra zona de pseudo confort y así nos movemos de una nueva manera, reconociendo nuestra potencia y Ser en creatividad.

Y porque la vida nos invita a transformarnos en consciencia y ando confiando en mí misma y en la Magia de la vida es que acompaño personas creando diversas experiencias, para que cada quien pueda tomar su llave maestra y abrirse a la Vida, que es
Transformación. Confiando en el Amor, la Unión, y la magia y sabiendo que una Gran tormenta te puede hacer ver tu Luz.

yoga en la playa